jueves, 7 de junio de 2018

VISITA GUIADA AL CASCO ANTIGUO DE BADAJOZ A LOS ALUMNOS DE 4º DE PRIMARIA DEL CEIP "SANTA MARINA" DE BADAJOZ.

Buenas tardes a tod@s:
¿Qué tal estáis? Nosotros...con las baterías al mínimo. Se nota que el final de curso de acerca. Ayer estuvimos enseñando y paseando por nuestra ciudad, Badajoz, esta vez acompañados de nuestros compañeros de 4º de Primaria. 
Os contamos:
La visita estaba prevista para el pasado viernes 25 de mayo pero debido al mal tiempo decidimos retrasarla unos días; la primavera de este año 2018 está siendo muy lluviosa. Pensamos entonces que para el miércoles 6 de junio haría ya un calor considerable, quizá excesivo, pero queríamos salir sí o sí con los alumnos de cuarto. ¿Cómo creéis que amaneció ayer? Pues sí, nublado y fresquete. Pero esta vez no nos paraba nadie, así que preparados con nuestras camisetas, chapas y mochila, nos pusimos en marcha, y con nosotros, los tres cursos de cuarto con sus maestras, las señoritas Prado, Tina, Natalia y Pino, además de nuestras "madres" y maestros, Eva, Esther, Pepe y Daniel.





Nos cayeron algunas gotas durante el camino, pero vamos, poca cosa. Los chavales de cuarto nos dijeron que la chapa que les habíamos dado les había encantado; y debía ser verdad porque la mayoría de ellos las lucían en sus camisetas y mochilas. ¡Nos alegramos mucho!




Tras pararnos a hacer alguna foto con el Puente de Palmas, empezamos a calentar motores una vez entramos en la Alcazaba por la Puerta de Yelbes. Raúl, magnífico como siempre, fue el primero en tomar la palabra y en dirigirse a nuestros turistas de hoy. Tras tomar un poco de aliento, todos subimos por el paseo de ronda y cada grupo se dividió: 4ºB y media clase de 4ºC con Pepe y 4ºA y media clase de 4ºC con Daniel. Unos comenzarían en la Torre de Espantaperros y otros en la fachada del Museo Arqueológico.




















Los compañeros de cuarto escuchaban en silencio y con suma atención. Desde un primer momento conseguimos captar su interés, y eso que hoy estábamos más cansados de lo habitual. Se nota que la semana pasada habíamos tenido la acampada y sumado al cansancio del final de curso, hacía que nos costase concentrarnos. Nos encantó que incluso nos hicieran preguntas en cada monumento.







En la Plazuela de la Soledad y tras una hora de visita, la cosa iba ya rodada. Vimos que les gustó especialmente comprobar la altura de los campanarios, Giralda y Soledad. Lo que se veía claro desde la Alcazaba no estaba tan claro desde aquí, ¿verdad?






Mientras nos acercábamos a la Puerta de Palmas, nos preguntaban que cuánto faltaba para merendar. Las piernas y el cuerpo comenzaban a acusar el paseo. Nosotros les dijimos que faltaba ya poco, era el final del recorrido. Lo que no les dijimos es que nosotros también estábamos deseando merendar, jugar y descansar.






Y así fue, tras la Puerta de Palmas y el Puente de Palmas, vino el merecido descanso. Habían sido unos turistas magníficos, pendientes siempre de las explicaciones, con una actitud extraordinaria, escuchando con respeto y preguntando las curiosidades cuando la ocasión lo merecía. 

Tras dos horas de visita por el Casco Antiguo, llegamos al Parque de Castelar. ¡¡A jugar!! 




















Tras haber repuesto fuerzas, emprendimos el camino de regreso a eso de las 13h05'. Habíamos jugado y disfrutado de lo lindo. Tras una mañana gris y algo fresca, parecía que las nubes se querían marchar para dejar paso a un sol que, para estar en junio, calentaba lo justo. Volvimos, como de costumbre, por el paseo de río, que está muy agradable.












A medio camino llenamos nuestras botellas; hacía calorcito y un trago nunca viene mal. Las caras de nuestros compañeros de cuarto lo decían todo: habían pasado un día fantástico. Todos habíamos pasado una mañana estupenda. Entre risas y juegos llegamos a la última parte del paseo, ya casi en las inmediaciones del colegio. Desde allí, Raúl quiso dirigirse a todos en nombre de la cooperativa y agradeció a todos la jornada inolvidable que habíamos pasado juntos. Las maestros y sus alumnos nos brindaron un sonoro aplauso por nuestro esfuerzo, así que, nosotros felices de haber hecho felices a los demás.






Una vez más nos íbamos satisfechos para casa, sabiendo que habíamos transmitido pasión, entrega y respeto por nuestra ciudad. Ya nos queda muy poco. Os seguiremos contando, porque aún no hemos terminado.

Hasta la próxima.

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